¡No queremos más pegatinas en los portales!, basta de
cerrajeros que ofrecen publicidad invasiva a precios exorbitantes,
aprovechándose de las necesidades y emergencias de los clientes para sacar
mucho más dinero del que deberían.
Soy José González y soy conocido como el cerrajero
anti-pegatinas porque considero que no hay mejor forma de publicitar nuestro
trabajo que con un servicio de calidad y precios transparentes. No apoyo una
estrategia en la que se ensucian los portales y persianas de nuestra ciudad y
se abusa de los clientes.
Siempre dejo muy claras mis tarifas en mi página web y
también para quienes me contactan por vía telefónica. Y es que creo firmemente
que las urgencias y los trabajos cotidianos deben ser cobrados, que el coste
por materiales, traslados y manos de obra tiene su precio, pero no creo en
abusar del cliente con tarifas astronómicas que se traducen en sorpresas
desagradables.
Si necesita un cerrajero ¡solicite el precio primero!, si
decide llamar a los servicios que se anuncian en las pegatinas no dude en
preguntar por el coste, el llamar a otros cerrajeros y en comparar precios. Se
sorprenderá con la diferencia.
En lugar de llamar a cualquier número de las pegatinas
mejor consulte referencias entre sus contactos, pregúntele a un amigo por un
buen cerrajero o acuda a su ferretería local donde de seguro le darán el
contacto de algún buen profesional.
Con mi política anti-pegatinas siempre quiero dejar muy
claro que yo nunca pondré una pegatina o pegaré un sablazo. Preservar la
propiedad de mis clientes, solucionar sus necesidades y cobrar un importe justo
por ello son mis principales pilares al momento de ejercer mi profesión.
Los pegatineros ponen en entredicho el profesionalismo de
los cerrajeros, haciendo que esta profesión honrada que se hereda de padres a
hijos comience a ser muy mal vista por otros. Mientras surgen algunas formas de
reglamentar esta situación, yo abogo por otros medios de publicidad honestos,
por las tarifas claras y la dedicación profesional.
No deje la seguridad de su hogar en manos de cualquiera.